29 mar 2017

La Liberación: Escena Eliminada #4 | Regreso


Se encaminó hacia el salón mientras repasaba las razones no humillantes que justificaban su regreso.
Tan pronto atravesó el umbral de la puerta del salón se vio envuelta en los brazos de Luna.
-          ¡Por fin! – exclamó Luna – ya me preguntaba cuanto más soportarías.
-          Debía volver – dijo con indiferencia – se supone que tengo una misión y la he descuidado.
-          Hablas de como demostrar que se puede confiar en Fenrir, ¿no? – intervino Dariam sin despegar la mirada de su mano de cartas.
-          Exacto – aceptó ella.
-          ¿Cómo te fue en tu examen? – preguntó Niel con una sonrisa amable.
-          Muy bien – dijo agradeciendo el cambio de tema.
-          No esperábamos menos – dijo Donan con sinceridad.
-          Felicidades – dijo Sol.
-          Gracias.
-          ¿No deberían esperar a saber los resultados antes de felicitarla?
Sintió que un escalofrió le recorría la espalda al escuchar la voz de Ashlian, “tranquila” se dijo, no debía olvidar que trataba de aferrarse a su último rastro de orgullo. Se giró hacia él con calculada calma y le dedicó una sonrisa forzada.
-          Estoy segura de que tendrán que felicitarme cuando salga el resultado en unos días, así que no importa si empiezan ahora.
Solo entonces se permitió verle realmente y se arrepintió al instante, ¿por qué tenía que ser tan sexy ese hombre?
-          No estoy aquí porque te extrañé ni nada parecido – dijo sin poder evitarlo.
-          No he dicho nada al respecto – dijo con una leve sonrisa burlona – aunque he de admitir que te felicito, pensé que regresarías arrastrándote al día siguiente.
-          Yo creía que tú irías a rogarme que volviera al pasar una semana – replicó ella.
-          Te gusta creer en imposibles – dijo serenamente.
-          Y a ti te gusta subestimarme.
-          Tardaste más de lo esperado pero al final volviste – señaló.
-          No tenía opción.
-          Claro que tenías, podías olvidarte de eso que llamas tu misión.
-          No podía ni puedo hacerlo.
-          ¿Quién dice que no puedes?
-          Bien, no quiero hacerlo – se encogió de hombros – aunque estoy molesta contigo haré todo lo que pueda para asegurar tu bienestar.
Ashlian dejó escapar un suspiro de frustración pero guardó silencio, él le sostuvo la mirada por unos segundos más antes de dirigir la mirada hacia el libro que tenía en mano, al parecer lo había dejado sin nada que decir.
-          Muy bien, ahora que he dejado clara la razón de mi regreso – sonrió y fue hasta el sofá en que estaba Ashlian, se dejó caer a su lado y se apoyó en su cuerpo – también te extrañé un poco.
Él dirigió la mirada hacia ella y por un segundo le pareció que sonreía.
-          ¿No acabas de decir que no estás aquí porque me extrañaras?
-          Dije que no regresé por eso pero no dije que no lo hiciera – sonrió – Además uno de los dos debe admitirlo y es evidente que tu no lo harás.
-          ¿Estás insinuando que te extrañé? – dijo dirigiendo la mirada a su libro nuevamente.
-          Estoy segura de eso – dijo con confianza – si no, ¿por qué aun no me has dicho que me aleje de ti o te deje en paz?
-          Porque cuando lo hago o no me haces caso o sales con amenazas estúpidas que hacen que esos cuatro no dejen de fastidiarme.
Ella lanzó una mirada al grupo que les observaba divertidos.
-          Inventa tantas excusas como quieras – le dio un beso en la mejilla y se puso en pie – de todas formas yo seguiré creyendo que me extrañaste.

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Haidelis Montero

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