10 jun 2016

El Encuentro: 6 primeros capítulos.

  1.   Hola
Miró a su alrededor y notó que todo el mundo le observaba con curiosidad, “típico”, pensó, es la forma en que todos miran a la extraña chica nueva, las clases habían dado inicio oficialmente la semana anterior por lo que era más notorio el hecho de que ella era una recién llegada. Había llegado a Harlle una semana antes, pero no había sentido deseos de regresar a la escuela hasta ese día. Caminó hacia la entrada de la escuela intentando hacer caso omiso a todas las miradas que se posaban sobre ella. No quería ser el centro de atención, precisamente eso era lo que más le molestaba de tener que mudarse a un sitio nuevo, el tener que soportar la inmensa curiosidad de las personas y sus intentos de sacar la mayor cantidad de información posible. Entendía claramente las razones por las que se mudaba, su padre necesitaba un cambio de aires y debía admitir que ella también. Podía ver claramente como todos la miraban y se giraban a hacer comentarios, ya imaginaba lo que podrían estar diciendo, “mira que ropa tan pasada de moda”, o tal vez “mira que pelo tan maltratado”. Quizás si eso hubiese ocurrido tres meses antes ella no habría podido aceptarlo, pero ese día ya no tenía importancia, no importaba si no era reconocida en su nueva escuela, de cualquier forma ella ya no buscaba aprobación. La vida era demasiado corta como para pasársela buscando la aceptación de los demás, eso lo había comprendido tres meses antes de una forma muy dolorosa.
Ensimismada como estaba en sus pensamientos no notó que había algo en su camino y solo sintió como chocaba de frente contra una pared, sintió que se le reacomodaban todos los huesos del cuerpo, cerró los ojos y pensó en lo ridícula que debía verse al chocar contra una pared en un pasillo atestado de gente, notó como cesaban todas las conversaciones a su alrededor y pensó que no tardaría en escuchar las carcajadas, pero para su sorpresa todo se mantuvo en silencio, fue entonces cuando sintió que, increíblemente, la pared se movía, abrió los ojos y levantó la mirada solo para darse
cuenta de que no había chocado contra una pared sino contra una persona, pero no con una persona cualquiera, sino con el hombre más hermoso que había visto en su vida. Ese ejemplar de perfección masculina la observaba fijamente con los ojos grises más hermosos que había contemplado y ella sintió que su corazón se detenía. Se tomó el atrevimiento de observarlo de pies a cabeza y no pudo evitar soltar un suspiro de fascinación, debía medir más de un metro ochenta y tenía los hombros más anchos que había visto nunca, con un pelo de un color negro azabache que le caía hasta casi los hombros, lo que le daba una apariencia sexy y rebelde, el dejo de experiencia en su mirada le decía que era mayor que ella. Él le dio la espalda sin siquiera decir nada sacándola así de su ensimismamiento y haciéndola, no entendía por qué, enojar.
¿Estás bien?
Escuchó decía una voz melodiosamente hermosa a su derecha y se giró para encontrarse con el segundo hombre más hermoso que un día había visto, este era tan alto como el anterior y tenía el pelo de un color castaño peinado hacia atrás, dándole un aire sofisticado, un poco menos corpulento que el anterior y con unos ojos marrones llenos de amabilidad.
Estoy bien, gracias —dijo con un hilo de voz y casi se desmaya cuando éste le sonrió.
Me alegro —dijo el hermoso chico castaño—. Disculpa los modales de mi hermano —continuó el chico—, él siente haberse metido en tu camino.
No es cierto —intervino una tercera persona.
Estoy en el paraíso”, pensó ella al ver al tercer hombre más hermoso de la tierra. Este tenía una belleza más angelical con su pelo rubio enmarcándole el rostro y unos ojos azules como el mar que reflejaban picardía.
Él no siente haberse metido en tu camino —continuó la belleza rubia con una sonrisa burlona—, fuiste tú quien chocó contra él, además, él no tiene los modales para sentirse arrepentido por lastimar a tan hermosa dama.
Ella sintió como el color le subía a las mejillas y no pudo articular palabra.
Nos vamos —Esa vez fue la hermosa pared la que habló y ella se sintió desfallecer al escuchar esa voz ronca tan bella.
Él empezó a caminar y alejarse de ella, haciendo crecer más su enojo. ¿Quién se creía que era? ¿Dónde estaban sus modales? ¿No le preguntaría si estaba bien siquiera?
¡Hey tú! —Se escuchó decir—. ¿No me preguntarás si estoy bien?
No me interesa.
Eso fue todo lo que este dijo sin siquiera detenerse. Los vio marcharse a los tres y se preguntó que sería lo que le daban de comer en esa ciudad a los chicos que crecían como semejantes bellezas. Pero aun habiendo alimentado su vista no podía deshacerse de una sensación de enojo ante la falta de interés del chico pared, se preguntó cómo podía una persona ser tan áspera y hermosa a la vez.
Notó como todos a su alrededor la miraban y escuchó a lo lejos alguien que murmuraba la palabra suertuda. No fue hasta que ellos se alejaron que se reanudaron las conversaciones y se preguntó por qué siempre se prestaba tanta atención a las personas hermosas.
Hola.
Una chica esbelta de melena castaña que le rozaba la cintura que acababa de ponerse en su camino.
Soy Melissa Peters —dijo sonriéndole—, soy la presidenta del consejo estudiantil y quiero darte la bienvenida a la preparatoria Harlle, donde cada uno de nosotros es especial y único.
Eh… gracias —dijo algo asustada con el entusiasmo de Melissa—. Yo soy Jade Queens.
Espero que tengas un agradable primer día.
Muchas gracias.
Eres de último año, ¿cierto? —Esperó verla asentir antes de continuar—. Yo también. ¿Cuál es tu clase?
La clase A —dijo Jade empezando a sentirse más a gusto con Melissa.
Genial, también es mi clase, te acompañaré.
Gracias —dijo Jade— Estoy algo perdida.
Sígueme —le indicó Melissa, dándose la vuelta.
Jade la siguió en silencio mientras seguía notando todas las miradas posadas en ella, incluso Melissa continuaba echándole miraditas extrañas de vez en cuando.
Pregunta lo que quieres preguntar —dijo Jade.
¡Eh! —exclamó Melissa, algo avergonzada de haber sido descubierta—. ¿Fui muy obvia? — preguntó con una sonrisa tímida.
Sí —dijo Jade con una sonrisa.
Lo siento —dijo ésta acercándose y agregando en un susurro—. ¿Qué te parecieron?
¿Eh? ¿Quiénes? —preguntó Jade sin entender muy bien de que hablaba.
Los hermanos Tremore.
¿Quiénes? —Fue entonces cuando recordó a los hermosos chicos de antes—. ¿Te refieres al chico pared y los otros?
¿El chico pared? —preguntó Melissa incrédula—. ¿Le apodaste así? —agregó casi aterrorizada.
Sí, es que es tan duro como una, ¿hay algún problema?
No, no… solo quería saber tu primera impresión sobre ellos.
Que son hermosos —dijo Jade como si fuese injusto.
Ya veo… y… bueno… —decía Melissa titubeante—. ¿No te asustó?
¿Quién? ¿el chico pared? —Sabía que solo podía referirse a él, estaba segura que era el único que inspiraba miedo—. ¿Por qué debería?
No… yo solo decía… es que… —Movió la cabeza como quitándole importancia y se detuvo frente a un salón de clases—. Hemos llegado.
Muchas gracias, no hubiese llegado sin ti.
No es nada.
Ambas entraron al salón y, para sorpresa de Jade, allí se encontraban los hermanos Tremore, inmediatamente concentró su mirada en el chico pared y volvió a sentir el enojo fluir por sus venas.
Tome asiento señorita Queens —escuchó decía a lo lejos el maestro.
Ella buscó con la mirada un asiento libre y no la sorprendió descubrir que el único asiento libre estaba junto al chico pared, a pesar de que no le atraía la idea caminó hasta el asiento y se sentó al lado de la razón de su enojo, su corazón empezó a acelerarse al instante, “es debido al enojo”, se dijo, “este chico mal educado te saca de tus casillas”, lo miró de reojo y notó que este la miraba también y sintió como su corazón daba un vuelco, “ok, es el hombre más hermoso sobre la faz de la tierra”, pensó “y ya lo perdoné por su falta de educación… pero… ¿Por qué no dejo de sentirme molesta con él?”, entonces escuchó un susurro que decía “no funcionará” y como por arte de magia el enojo desapareció, se preguntó si realmente había escuchado a alguien hablar o había sido su imaginación. Miró a su alrededor y no vio a nadie conversando, “Fue mi imaginación”, pensó. Miró nuevamente de reojo al chico pared y su corazón volvió a alborotarse.
Clase concluida —escuchó decía el maestro.
Levantó la vista y lo vio salir del salón, se preguntó en qué momento habían impartido la clase, no había escuchado nada, su corazón sonaba más alto que las palabras del profesor y con el chico pared a su lado mirar al suelo parecía una mejor opción que mirar hacia cualquier otro lugar.
Hola —Se decidió ella a hablarle—. Creo que empezamos con mal pie, soy Jade.
Por un momento pensó que él no iba a hablarle, pues todo lo que siguió a su presentación fue silencio, pero entonces él la sorprendió preguntando.
¿Jade? ¿Cómo la piedra?
Así es —respondió ella pensando en lo hermosa que era su voz.
Que nombre tan peculiar —Fue todo lo que él dijo.
¿Y el tuyo cuál es?
Ashlian.
Tu nombre es más peculiar que el mío, ¿tiene algún significado?
A su pregunta solo le siguió el silencio.
¿Siempre eres así de mal educado?
Tienes suerte de haberle sacado unas palabras —Escuchó le decía el hermano amable que se encontraba en el asiento de al lado junto al tercer hermano—. Ashlian no es muy conversador —Dicho esto le sonrió—. Yo soy Niel, es un placer —dijo extendiendo una mano.
Jade —dijo ella mientras estrechaba su mano.
Yo soy Donan —Intervino el otro hermano—. Un placer conocerte Jade, esperamos que disfrutes mucho en la preparatoria Harlle, algo me dice que el que estés aquí lo hará divertido para nosotros.
Con este comentario Donan se ganó un codazo de Niel y una mirada asesina de Ashlian, Jade se imaginó que le estaban advirtiendo que no coqueteara con la extraña chica nueva, o quizás los tres se habían interesado en ella y fuera su manera de decirle que tenía competencia, “soñar no cuesta nada”, se dijo a sí misma y se le escapó una risilla.
Las siguientes clases pasaron rápidamente y ella se dijo que si las cosas seguían así reprobaría el año, pues no tenía idea de nada de lo que habían dicho en las clases ya que se la había pasado fantaseando con los hermanos Tremore y como ellos peleaban por ella. A la hora del almuerzo había optado por quedarse en el salón de clases, no estaba de humor como para ser interrogada por extraños. Luego trató de concentrarse en el resto de sus clases, pero no tuvo éxito.


  1. Soy
Entró en su habitación y se dejó caer en la cama, aún no se acostumbraba del todo a su nueva habitación, no era lo mismo luego de haber vivido dieciocho años en la anterior. Se levantó de la cama, se dirigió al cuarto de baño y se paró frente a un espejo que reflejaba el cuerpo entero, se preguntó por qué le habían dado ganas de verse al espejo cuando tenía tres meses que no lo hacía.
Estás horrible —se dijo a sí misma.
Ella era una chica de una estatura promedio, con una melena negra que le pasaba de la cintura y unos ojos color verde aceituna que muchos catalogaban de hermosos, nunca se había considerado una belleza aunque siempre había sido popular entre los chicos y hasta hace tres meses se había preocupado por su apariencia como toda chica normal. Pero luego de perder a su madre en un accidente automovilístico había perdido también todo el interés en arreglarse y verse al espejo, ¿de qué sirve estar toda arreglada si al final todo se acaba en un segundo? Pero entonces… ¿por qué de repente había sentido la necesidad de verse al espejo?
Sacudió la cabeza y decidió darse una ducha para despejar la mente, todavía extrañaba mucho a su madre y no podía creer el no poder verla todos los días. Se duchó, se vistió y decidió buscar algo de comer.
Hola, Jade —le dijo su padre al verla entrar en la cocina.
Hola —respondió ésta mientras se dirigía al refrigerador.
¿Qué tal el primer día de clases?
Normal, nada fuera de lo común —“Solo tres chicos más bellos que los ángeles”, pensó.
Ya veo.
Y como en muchas otras ocasiones se quedaron sin nada de qué hablar. Jade adoraba a su padre, pero debía admitir que ahora que estaban solos era un tanto difícil mantener una conversación, era su madre quien siempre tenía algo que decir y una historia que contar, momentos como ese hacían que la extrañara aún más.
Tomó una bolsa de patatas y se dirigió a su habitación nuevamente, se sentó frente al computador e hizo lo que haría cualquier chica de su edad luego de conocer a tres chicos tan apuestos, los buscó en facebook, no la sorprendió el no encontrar a Ashlian, lo que sí la sorprendió fue el descubrir que ya tenía una invitación de amistad de Donan, inmediatamente aceptó y se dedicó a revisar su página de arriba abajo. Donan no tenía fotos pero si muchas actualizaciones de estado.
Hola”, le apareció en la ventana de chat. Se trataba de Donan.
Hola”, se apresuró a responder ella.
Soy Donan
Lo sé”, respondió Jade y sonrió.
Ashlian quería saber si te llamas Jade como la piedra”
Jade se sorprendió de que le preguntara nuevamente y cuando se disponía a contestar se dio cuenta de que aparecía como desconectado. Dejó la página de chat abierta en espera de Donan, pero él no volvió a conectarse. Se preguntó por qué le parecía tan interesante su nombre, no era tan extraño, mucha gente se llamaba así. Al convencerse de que Donan no volvería, apagó el computador y se dispuso a leer un libro.




Lo siento —dijo Donan—. No lo vuelvo a hacer.
Debes controlar tu sentido del humor, Donan —dijo Niel—, sabes que Ashlian no tiene mucha paciencia.
Lo sé, pero no debió romper mi laptop.
Ya comprarás otra —repuso Niel.
¿Entonces no puedo hablar con ella?
Claro que puedes, solo debes controlar lo que dices y haces —dijo Niel mientras se acercaba a un librero y tomaba un libro de este—, aunque no entiendo tu interés en ella.
¿En quién? —Intervino el ama de llaves que acababa de entrar en la habitación.
Shona, tengo hambre —dijo Ashlian indicando que la conversación acerca de Jade había terminado.
Enseguida preparo la cena —dijo Shona y se dirigió a la cocina.
Mientras Ashlian y Niel leían, Donan utilizaba el computador de Niel en un escritorio que se encontraba en una esquina.
La cena está lista —anunció Shona unos minutos más tarde.
Los tres se levantaron de sus asientos y caminaron hacia el comedor, tomaron sus lugares y se dispusieron a comer en silencio.
Terminaron de comer, pero ninguno se levantó inmediatamente.
Saldré a dar un paseo —anunció Niel.
Sí… Claro —dijo Donan con una sonrisa burlona—. Disfruta tu paseo.
Ashlian observó a su hermano salir de la casa y se preguntó cómo podía alguien comportarse tan estúpidamente solo por alguien más. Se levantó del comedor y se dirigió al salón con el objetivo de seguir leyendo. Nada lo relajaba más que un buen libro, tomó uno del librero y se dejó caer en el sofá. Unas horas más tarde escuchó los pasos de alguien acercarse por el jardín y supo que Niel había regresado.
He regresado —anunció Niel al entrar en la casa.
Ashlian levantó la mirada del libro que tenía en las manos y asintió a modo de saludo cuando lo vio entrar al salón solo para luego volver a concentrarse en su lectura. Una hora más tarde ya había terminado su libro y se dirigía a buscar otro que leer cuando decidió que mejor se iba a acostar.
Fue a su habitación y se tumbó en la cama. Dio varias vueltas en esta antes de poder conciliar el sueño y se sorprendió por esto, era la primera vez que le pasaba y lo que más lo sorprendía era la razón de su inquietud. Recordaba el estremecimiento que había recorrido su cuerpo al sentir el de esa menuda mujer chocar contra él. Se sentía irritado por la reacción de su propio cuerpo.


  1. Segunda vista
Jade se encontraba haciendo el mismo recorrido hacia las puertas de la preparatoria Harlle y notaba que menos miradas se posaban en ella, ese día había puesto interés en por lo menos cepillarse el cabello, su madre siempre le había dicho que era uno de sus mejores atributos.
Recordó que lo primero que había visto esa mañana al levantarse había sido una notificación en su celular de que Donan le había enviado un mensaje en facebook, pero lo que más la había impactado era el contenido del mensaje, “a veces solo se necesita alguien con quien hablar, al principio se había sentido confundida y se preguntaba quién era el que necesitaba alguien para hablar, pero rápidamente había caído en la cuenta de que no era posible que fueran Donan o Niel pues ellos no parecían tener problemas con las palabras, por lo que debía tratarse de Ashlian, es por eso que se había decidido a tratar de hacer amistad con él. Se preguntó si tal vez debido a la perspectiva de hablarle ese día era que había puesto esfuerzo en cepillar su pelo, descartó la idea y atravesó las puertas de entrada de la preparatoria. Inmediatamente buscó a Ashlian y sus hermanos con la mirada, los localizó y se dirigió hacia ellos con paso decidido. Iba a mitad de camino cuando se encontró con Melissa quien la alejó del camino para llevarla al salón de clases.
¿Qué tal va tu segundo día? —preguntó Melissa llena de entusiasmo.
Bien —Fue todo lo que Jade respondió—, iré a mi asiento —dijo en cuanto vio que Ashlian entraba al salón de clases—, hablamos durante el almuerzo.
Se encaminó valientemente por el pasillo y tomó asiento.
Buenos días, Ashlian —dijo con una sonrisa mientras sentía su corazón acelerarse.
Silencio fue todo lo que ésta obtuvo como respuesta. Pensó en repetirle lo mal educado que era al no contestar pero para su sorpresa él le habló.
¿Qué buscas? —Fue lo que este le preguntó.
¿Eh? ¿a qué te refieres? —preguntó ella sorprendida.
Quiero saber que buscas, ¿qué ganarás hablándome?
¿Por qué crees busco algo? ¿No puedo querer solo ser tu amiga?
No ando buscando amigos. ¿Acaso no te asusto?
No, ¿por qué deberías? —Jade no podía creer que en eso hubiese terminado su intento de hacer amistad—. ¿Acaso eres peligroso?
Más de lo que piensas —dijo él seriamente y por un momento apareció un brillo extraño en su mirada que hizo que a Jade se le encogiera el corazón y se sintió intrigada.
No pudo continuar hablando, de repente sintió miedo, como nunca había sentido antes, las manos le sudaban y se dio cuenta que estaba aterrorizada, él realmente pareció peligroso por un momento, como si solo con la mirada fuese capaz de asesinarle, pero por alguna razón no sentía que esa fuera la razón de su estado actual, pues a pesar de todo solo sentía curiosidad por él, entonces… ¿por qué reaccionaba de esa manera? El maestro entró al salón y ella intentó con todas sus fuerzas concentrarse en la clase, pero no fue capaz. Las clases pasaron rápidamente y llegó la hora del almuerzo.
Se encontró con Melissa a la salida del aula y juntas se dirigieron al comedor de la escuela. Melissa la guió hasta una mesa en la que habían sentados cuatro chicos más.
Te presento al consejo estudiantil —dijo Melissa señalando al grupo—. Eliam Trend, el vicepresidente del consejo estudiantil —dijo refiriéndose a un chico de cabellera castaña y ojos miel, mucho más apuesto que el promedio. Este levantó la cabeza del plato y asintió a modo de saludo—. Las gemelas, Sol y Luna Jane —Continuó refiriéndose a dos chicas idénticas de cabellera rubia e increíble belleza—, y por último, Dariam Trend, el hermano menor de Eliam —dijo señalando a otro hermoso chico de pelo castaño y ojos miel que se encontraba almorzando silenciosamente.
Un placer conocerlos a todos —dijo Jade mientras tomaba asiento.
El placer es nuestro —Intervino la gemela que tenía los ojos azules más oscuros que había visto—, yo soy Luna.
Las gemelas podían distinguirse por el color de sus ojos, Luna tenía los ojos oscuros como el cielo nocturno, mientras que Sol los tenía de un azul claro como el cielo durante el día, tal vez de allí el origen de sus nombres.
Espero que disfrutes de nuestra compañía —Intervino Sol en ese momento—. No tengo ya que decirte que yo soy Sol —dijo y soltó una risilla—. Bienvenida a la preparatoria Harlle.
Gracias —dijo Jade y en ese momento notó que entraba Ashlian al comedor y tomaba asiento en una mesa solo, cosa que la sorprendió debido a que sus hermanos se encontraban sentados en una mesa junto a la de él—. ¿Por qué no se sienta con sus hermanos?
No lo sabemos —dijo Melissa siguiendo la dirección de su mirada—, pero siempre es así.
¿Eh? —dijo Jade cayendo en la cuenta de que había hecho la pregunta en voz alta y sintiéndose algo avergonzada—. Él es extraño —dijo mientras jugueteaba con la comida en su plato.
Cada quien con lo suyo —dijo Eliam hablando por primera vez—. ¿Por qué te interesa?
No es que me interese —Se apresuró a decir Jade—, solo me sorprendió el hecho de que no se sentara con sus hermanos, digo, estoy en una mesa llena de hermanos por lo que me parece que lo más natural es que los hermanos se sienten juntos a almorzar.
Ashlian es más solitario —dijo Sol—, prefiere el silencio al bullicio y la soledad a la compañía —agregó—. Sus hermanos son muy populares, por lo que si se sentara con ellos tendría que aguantar el bullicio y la compañía de las fans de los Tremore —Pudo notar un leve matiz de irritación en su voz mientras miraba en dirección a los Tremore.
Un grupo de chicas se acercaron a la mesa en que se encontraban Niel y Donan saludando y riéndose como tontas, Jade entendió entonces a lo que se refería Sol.
¿Y él? ¿Acaso no es popular entre las chicas? —preguntó Jade como si no le interesara la respuesta—. Digo, es apuesto también…
Lo sería si no se comportase tan odiosamente con todos —dijo Luna llevándose su comida a la boca despreocupadamente—, pero como dijo Eliam, cada quien con lo suyo. De cualquier forma Ashlian no interesa, ahora todo lo que interesa eres tú, la chica nueva.
¿Yo? —dijo Jade incrédula—. Pero si yo no soy nada interesante.
Claro que lo eres —dijo Melissa—, eres nueva, eres alguien de quien no sabemos nada, eso te hace interesante.
¿Por qué te mudaste aquí? —preguntó Luna.
Mi padre y yo necesitábamos un cambio de aires.
¿Y tu madre? —preguntó Sol.
Mi madre murió —dijo Jade con pesar en la voz.
¡Oh! Lo siento mucho —agregó Sol algo avergonzada por su indiscreción.
No es nada —dijo Jade haciendo un gesto con la mano para restarle importancia—. ¿Y exactamente que hace el consejo estudiantil? —preguntó para cambiar de tema.
Se enfrascaron en una conversación sobre lo que eran las funciones del consejo estudiantil, como solo los del último año podían ser miembros de este y de que las elecciones se hacían a finales del año escolar anterior. Jade empezó a sentirse a gusto con el grupo, aunque eran las chicas quienes monopolizaban la conversación, Eliam y Dariam solo intervenían de vez en cuando, más el primero que el segundo.
Terminada la hora del almuerzo la perspectiva de tener que volver al salón de clase junto a Ashlian no le apetecía mucho, realmente no le apetecía nada, sabía que no había forma de que él pudiera hacerle daño en un salón atestado de gente, pero no podía deshacerse de la sensación de temor. Entró al salón de clases y se sentó en silencio junto a Ashlian, lo observó de reojo y notó que este estaba concentrado leyendo un libro, al parecer el libro era muy interesante pues no levantó su vista del mismo durante el resto del periodo de clases. Las campanas sonaron y él aun así no se levantó de su asiento por lo que Jade decidió hacer un segundo intento de entablar una conversación.
¿Qué lees? —preguntó mientras guardaba sus libros en su bolso.
No te interesa —respondió Ashlian tranquilamente.
¿Sabes? No tengo muy buena impresión de ti —dijo Jade.
¿Sabes? —Repuso él—, no me importa qué opinión tengas de mí, pero te daré un consejo, no intentes hacer amistad conmigo, ya te dije que no me interesa hacer amigos y mucho menos que seas tú, no necesito piedras en mi camino.
Dicho esto cerró su libro de golpe, se puso en pie y se alejó, dejándola parada sola en el salón de clases. Ella lo observó salir y sintió que una lágrima corría por su mejilla.


  1. Vuelve Jade Queens
Ella no entendía por qué estaba llorando, lanzó su bolso al piso de su habitación y se dejó caer en la cama mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. ¿Qué era lo que le hacía tanto daño? Él únicamente había rechazado la posibilidad de hacer amistad con ella y no era como que ella muriera de ganas por ser su amiga, pero desde el día anterior parecía como que ese chico podía hacer sus emociones más intensas. ¿La había llamado una piedra en su camino? ¿La consideraba él un estorbo? ¿Por qué? Ni siquiera la conocía. “¿Quién se cree que es?”, se preguntó.
Le demostraría que estaba equivocado, lo haría ver que ella era la piedra que él se moriría por tener.
Está decidido —Se dijo Jade mientras se encaminaba hacia el espejo—, le demostraré quien soy yo.
Caminó hasta su armario y empezó a sacar toda la ropa pasada de moda que en este había. Se encaminó hasta una maleta y sacó toda la ropa de última moda que había guardado por tres meses. Sabía que su madre estaría feliz de volver a verla ser como antes, como era ella realmente, una chica sencilla y alegre que disfrutaba verse bien.
Se tomó todo el resto de la tarde y la noche preparando lo que iba a ponerse y haciéndose tratamientos de belleza, hasta se hizo la manicura y la pedicura. “Caerás ante mí, Ashlian”, pensó.
Se fue a dormir con una sonrisa en el rostro.




Estás hermosa —decía la voz de Ashlian.
Ella no podía creer su suerte, su plan había funcionado, Ashlian no tardaría en caer rendido a sus pies, ella le dedicó una sonrisa como agradecimiento a su cumplido y se disponía a seguir caminando cuando él la tomo por el brazo.
¿A dónde vas? —preguntó.
A mi clase —respondió Jade satisfecha con la reacción de él—. ¿Vamos juntos? —preguntó.
¿Por qué no nos quedamos a hablar un rato? —dijo él.
¿Desde cuándo tan conversador? —preguntó ella coqueta —hablemos si es lo que quieres.
No es hablar lo que quiero.
En ese momento la acercó más a él y se inclinó en actitud que indicaba iba a besarla.
Vas muy rápido —dijo ella tratando inútilmente de deshacerse de su agarre—, creo que primero debemos conocernos más —Jade continuó intentando soltarse, pero lo único que conseguía era hacerse daño—. Me estás haciendo daño, Ashlian —dijo Jade con la voz teñida de miedo.
Te dije que podía hacerlo —dijo Ashlian y en sus ojos apareció nuevamente ese brillo extraño que la intrigaba, sus ojos parecieron completamente negros hasta las escleras, se asustó cuando él apretó más su brazo.
Trató de gritar para pedir ayuda pero de repente no había nadie a su alrededor, a lo lejos observó a Niel y a Donan quienes giraron la cabeza en cuanto ella los miró, como si no pudieran soportar el ver lo que pasaría.
Se despertó sobresaltada y se llevó una mano al pecho. Todo había sido un sueño, se preguntó si se trataba de una advertencia de que su plan podría terminar resultando dañino para ella, sacudió la cabeza para desechar ese pensamiento y se levantó de la cama, “nada detendrá mi plan”, pensó. Se metió al cuarto de baño, se duchó y se dispuso a arreglarse. Se puso unos vaqueros de última moda y una hermosa blusa negra, se recogió el pelo en una coleta en lo alto de la cabeza, se puso un poco de maquillaje y se vio al espejo, contenta con el resultado se dispuso a salir de la casa.
Notó la mirada de sorpresa que le dedicó su padre y supo que estaba bien. Al llegar a la escuela notó las miradas de apreciación que le dirigían los chicos y las caras sorprendidas de algunas chicas, esto le confirmó que iba por buen camino.
Estás hermosa —le dijo Melissa a modo de saludo al encontrarse con ella en el pasillo y la mirada de apreciación de Eliam le dijo que era verdad—. ¿Es acaso alguna ocasión especial?
Así es —dijo Jade—. Hoy celebramos mi regreso a la vida —agregó acercándose a su casillero—, tómenlo como mi primer día en la escuela.
Luego de sacar sus libros cerró su casillero y buscó a Ashlian con la mirada, lo localizó junto a la puerta del salón de clases, se despidió de las gemelas y Dariam que estaban en la clase B y siguió a Melissa y Eliam hasta su salón de clases, los dejó pasar primero y decidió empezar con su plan, al acercarse a la puerta decidió chocar nuevamente con el chico pared, solo que esta vez el objetivo era llamar su atención. Se chocó contra él y para su sorpresa él no se movió ni un ápice, sin embargo ella perdió el equilibrio e iba a caerse por lo que trató de agarrarse de él, solo consiguiendo rozar su brazo y sintiendo su piel caliente como el fuego lo que la obligó a retirar la mano, fue en ese instante cuando él se giró y la sujetó por el brazo. Todo pasó en una fracción de segundo pero ella sintió como si hubiese pasado una eternidad. Cuando él la sujetó ella no pudo evitar lanzar un chillido de dolor y fue cuando escuchó el sonido de una madera al romperse, vio en el rostro de Ashlian el pánico reflejado por un momento, él la soltó rápidamente y ella se dejó caer en el piso de rodillas mientras se sujetaba su brazo derecho.
Ashlian se agachó a su lado y para su sorpresa preguntó:
¿Estás bien? —había algo parecido a la preocupación en su voz, pero no parecía preocupación por ella.
No —Fue todo lo que Jade atinó a decir mientras lágrimas de dolor se escapaban de sus ojos—. Creo que me has roto el brazo —dijo ella observando cómo aparecía un enorme hematoma en su brazo.
Las personas empezaron a reunirse alrededor de ellos. Melissa se acercó y lanzó un chillido al ver el brazo herido de Jade.
Vamos a la enfermería rápido —dijo Melissa con la voz teñida de preocupación.
No —Intervino Ashlian sorprendiendo a todos—, la llevaré al hospital, necesitan hacerle una radiografía.
Dicho esto la ayudó a levantarse y la guió hasta el aparcamiento, allí le abrió la puerta de un Porsche que casi la hace olvidar el dolor de su brazo y le ayudó a entrar en el. Él subió e inmediatamente puso el coche en marcha y se dedicó a manejar a una velocidad inhumana que casi hace que ella muera de un infarto, sentía su corazón latir en la garganta y se extrañaba de no haber caído en una crisis de pánico, debía hacer algo rápido antes de que eso ocurriera.
¿Puedes bajar la velocidad? —preguntó ella aterrada—, ¿o piensas matarme?
Bajaré la velocidad —dijo él sorprendiéndola—, si prometes no decir que fui yo quien rompió tu brazo.
Pero tú rompiste mi brazo —dijo ella sorprendiéndose a sí misma con una afirmación tan irreal—. ¿Cómo pudiste romper mi brazo tan fácilmente? —preguntó ella algo asustada—. Digo, te ves fuerte… pero debes no ser humano para romper un brazo tan fácilmente
A su comentario solo le siguió el silencio, ella miró de reojo a Ashlian solo para darse cuenta de que este apretaba la mandíbula. Lentamente bajó la velocidad. ¿Estaría él realmente preocupado por ella? “No”, se dijo. “Está preocupado por lo que puedan decir de él”, pensó. Llegaron al hospital y él se apresuró a abrirle la puerta. En el hospital la atendieron rápidamente, le pusieron analgésicos y le hicieron una radiografía que evidenció que se había fracturado el radio derecho, por esto hubo que ponerle una férula en su brazo lastimado.
Me has fracturado un brazo —dijo Jade nuevamente cuando se dirigían al auto—, y has hecho que me pongan varias inyecciones, además ahora no podré escribir mis clases pues soy diestra, encima tendré que dar explicaciones a mi padre sobre esto, y aún con todo esto no me has pedido disculpas.
Ashlian abrió la puerta del auto y la ayudó a colocarse el cinturón, haciendo acelerar su corazón con la cercanía, luego se subió al auto y lo puso en marcha, no dijo nada hasta que estuvieron cerca de la escuela.
Yo me encargaré de tus clases por ti —dijo Ashlian para su sorpresa—, pero no me disculparé por lo de tu brazo, aunque no fue mi intención hacerlo si no te hubieses chocado a propósito conmigo esto no habría pasado
¿Por qué piensas que choque contigo a propósito? —preguntó Jade avergonzada de que él la hubiese descubierto.
Llegaron a la escuela y en el aparcamiento se encontraban Niel y Donan esperando para recibirlos, en su cara se reflejaba ansiedad y pudo ver que suspiraban aliviados al verlos llegar. Inmediatamente Ashlian aparcó el auto ellos abrieron la puerta de Jade y se miraron uno al otro al ver su brazo ferulizado.
¿Estás bien? —preguntó Donan tocando con delicadeza su brazo lastimado.
Sí —respondió Jade—, pero su hermano me fracturó el radio.
Pensé que te había roto un brazo —dijo Donan en tono burlón ganándose así una mirada de reprimenda de Niel—, lo siento, sé que no debo bromear con esto, pero ahora sé que nuestro Ashlian se está alimentando bien, mira que romperle un brazo a alguien solo por tratar de que no cayera.
¿Estabas tratando de evitar que cayera? —preguntó Jade sorprendida
No —respondió Ashlian—, solo trataba de evitar que siguieras tocándome.
Yo no estaba tocándote.
Vamos a buscar tus cosas —dijo caminando hacia las puertas de la escuela—, te llevaré a tu casa.
Pero aún no acaban las clases —dijo ella mientras corría a alcanzarlo—, no puedo faltar a clases, ya estoy atrasada una semana.
Sí, puedes —dijo él sin detenerse—, te lo aconsejó el doctor.
No es cierto —repuso ella.
Sí, es cierto —dijo deteniéndose a mirarla como si se tratara de una niña haciendo rabietas—, el doctor te ordenó descanso y yo te llevaré a casa, ¿de acuerdo?
Ok —dijo ella sin poder objetar, realmente no estaba de acuerdo pero no podía decir que no y no entendía la razón.
Melissa fue la primera en salir a recibirle cuando entró a la escuela.
¿Estás bien? ¿Qué te dijeron? —Empezó a bombardearla Melissa—. ¿Cuánto tiempo tendrás eso?— dijo refiriéndose a la férula
Solo tres semanas —dijo Jade tratando de restarle importancia al asunto—, el doctor me dijo que descansara el día de hoy así que Ashlian me llevara a casa, después de todo es su culpa que me fracturara el brazo al chocar contra el piso, si él no hubiese estado en mi camino, nunca me hubiese caído.
¿Fue eso lo que pasó? —preguntó Eliam incrédulo—, pensé que él te había sujetado y que no habías caído.
No —Se apresuró a agregar ella—, él no llegó a sujetarme, la verdad es que trató de evitar que yo cayera pero no pudo.
Jade notó que Eliam miraba a Ashlian con escepticismo y que realmente no estaba creyendo su versión de la historia, “Tal vez vio todo al estar más cerca”, pensó. Aun así decidió mantener la farsa, de cualquier forma era su palabra contra la suya. Recogió sus cosas y siguió nuevamente a Ashlian hasta el auto, esta vez Niel y Donan los acompañaban. Le explicó cómo llegar a su casa y se acomodó en el asiento, ya se sentía en ese auto tan a gusto como si fuera propio, ¿quién no se sentiría así en semejante auto? Lo analgésicos le estaban dando sueño, se dispuso a dormirse pero la voz de Ashlian la sobresaltó.
¿Eres capaz de dormirte en un auto con tres hombres desconocidos y donde uno de ellos te fracturó un brazo? ¿Acaso eres estúpida?
No soy estúpida —repuso ella—, pero sé que no me rompiste el brazo a propósito y sé que Niel y Donan son incapaces de hacerme daño.
Veo que ya sabes que yo sí soy capaz de hacerte daño —dijo Ashlian.
Así es, aunque no adrede.
Eso no lo sabes —dijo este con ese matiz de seriedad que tanto la intrigaba—, esto pudo no haber sido un accidente.
Pudo no haberlo sido, pero lo fue —repuso ella—. Ambos sabemos que fue un accidente.
Hubo un momento de silencio y ella se dispuso a dormir nuevamente.
¿Por qué mentiste sobre lo que paso? —preguntó Ashlian sobresaltándola nuevamente.
Tuve el presentimiento de que si decía la verdad me fracturarías el otro brazo —dijo ella con una sonrisa burlona y escuchó a Niel y Donan reírse a su espalda.
Probablemente —dijo Ashlian con una sonrisa sin mirarla y Jade casi se derrite al verla. “Que hermoso es”, pensó.
Veo que también puedes bromear.
¿Quién dice que bromeo? —dijo él sin perder la sonrisa y por primera vez ella vio un brillo diferente en sus ojos, uno que más que intrigarla la atraía, su corazón se aceleró y sintió un cosquilleo en el estómago.
El semblante de Ashlian se puso serio de repente y el ambiente de humor que se había entablado desapareció. Hicieron el resto del camino en silencio y ella extrañó escuchar su voz ronca tan hermosa, pero no encontró nada de qué hablar.


  1. Atracción
Ashlian aparcó frente a la casa de Jade, bajó del auto y le ayudó a salir del coche.
Quédense aquí —dijo a sus hermanos, tomó las cosas de Jade y la acompañó hasta su puerta—. Mañana vendré a recogerte temprano —le dijo.
¿Qué? —preguntó Jade sin poder dar crédito a lo que estaba escuchando.
Dije que vendré a buscarte mañana temprano para llevarte a la escuela.
No es necesario —se apresuró a decir ella sintiéndose feliz y asustada a la vez por la idea—, puedo irme por mi cuenta.
Bien —dijo él—. Como quieras.
Él se dio la vuelta con la intención de irse, ella se dijo que esa era la oportunidad que necesitaba para conquistarlo, pasar tiempo a solas con él.
Espera —Se apresuró a agregar Jade—. Estaré lista a las siete en punto.
Bien —respondió él sin detenerse.




Se alejó de la casa y se subió al auto, inmediatamente se puso en marcha.
¿Qué vas a hacer? —preguntó Niel.
No lo sé —respondió Ashlian—, no creo que sospeche nada, pero tendré que vigilarla de cerca.
¿Cómo pudiste perder el control y utilizar tanta fuerza? —preguntó Donan.
No tengo idea —Fue la respuesta de Ashlian—, solo sé que no era mi intención hacerle daño.
Intentabas evitar que se cayera —Intervino Niel—. ¿no es así?
El silencio de Ashlian fue respuesta más que suficiente para Niel.
Si es así —Continuó Niel—, es la primera vez que intentas hacer algo bueno por un humano.
Ashlian no supo que decir, él tampoco entendía muy bien lo que le había pasado, su primera intención había sido dejarla caer, se había dado cuenta de que ella tenía intención de chocar contra él con solo escuchar sus pasos decididos en su dirección, por lo que no lo sorprendió sentirla chocar contra su cuerpo, lo que sí le había sorprendido había sido el escalofrío que lo recorrió cuando ella tocó su brazo y también le había sorprendido su reacción automática para evitar su caída, lo había hecho sin pensar, tanto así que no había medido su fuerza y había terminado fracturándole un brazo.
Estaba enojado consigo mismo por su falta de cuidado, ese descuido podría haberlo expuesto ante los demás y eso era algo que él no podía permitirse. Se habían esforzado durante los tres años que tenían en Harlle en no hacer nada que llamara la atención sobre ellos y no podía creer que fuera precisamente él quien casi lo echara a perder todo. Apretó con más fuerza el volante.
Necesito sacarla de mi vida —dijo este sin percatarse que había hablado en voz alta.
¿Cómo harás eso? —preguntó Niel en tono burlón.
No debí decir eso —dijo Ashlian—. Pero te seré sincero, pienso que esa chica ha llegado a Harlle para trastornarme la vida.
¿Realmente crees eso? —preguntó Donan y sin esperar respuesta añadió—, porque yo he visto su alma y creo que ella es la luz en tu camino de la que Shona siempre habla.
Ashlian sacudió la cabeza tratando de sacar de esta la frase que Shona, su ama de llaves, siempre le decía. “Y en tu inmensa oscuridad una preciosa piedra como el jade será tu luz”. La frase resonaba en su cabeza desde que había conocido a Jade y aunque quería creer que era pura coincidencia, algo en su interior le decía que había algo de destino mezclado en toda la situación, pero él no veía eso como algo prometedor sino más bien como algo que complicaría más su ya complicada vida. Lo supo en cuanto su intento de que Niel la mantuviera enojada con él para evitar que se sintiera atraída había fracasado. “Esa mujer solo me traerá problemas”, pensó.




Jade se encontraba en su habitación, no había sido fácil explicarle a Tom, su padre, el cómo había sido el pequeño accidente, este insistía en hacer una pregunta tras otra, pero ya por fin había logrado refugiarse en su habitación, también había recibido las llamadas de los miembros del consejo estudiantil, con excepción de Dariam, por supuesto, quienes les explicaban que la escuela se haría cargo de pagar la cuenta del hospital, ella había dicho que no había necesidad, de cualquier forma fue Ashlian quien pagó y el chico conducía un Porsche Panamera del año, era obvio que tenía dinero. La llamada que más la había sorprendido había sido la de Eliam, este hasta le había dado consejos para una rápida curación. Se sentía muy complacida con sus compañeros por mostrar tanta preocupación por ella.
Ya no sentía dolor en el brazo debido a los medicamentos pero no podía dejar de observar su brazo lastimado. Se preguntaba cómo había podido Ashlian fracturar su brazo tan fácilmente. Aunque sabía que era tonto pensar en eso se preguntaba si sería humano, tenía una belleza inhumana, una fuerza inhumana y un carácter inhumano, que otra explicación había además de que fuera inhumano. Desechó ese pensamiento y se concentró en otra cosa que la atormentaba, su atracción por él.
Ya no podía negar que se sentía atraída por él. A pesar de que solo lo conocía hace dos días y de que él se había comportado de la peor manera posible, ella no podía evitar que su corazón se volviese loco cada vez que lo tenía cerca y eso no podía significar otra cosa más que atracción.
Lo que la atormentaba era que su atracción por él podía poner trabas a sus planes ya que en su afán por conquistarlo podría terminar enamorándose de él, “no”, se dijo, “con esa actitud solo hará que mi atracción por él se esfume”. Decidió que el estar cerca de él podía tener un efecto terapéutico y ayudarla a deshacerse de esa tonta atracción.
Ahora debía concentrarse en su plan y cuáles serían los siguientes pasos a seguir para hacerlo caer rendido a sus pies. Ya tenía una excusa para estar cerca de él y hasta había logrado sacarle más de dos palabras por lo que, aunque no como ella lo planeó originalmente, su plan iba viento en popa. Solo tenía que lidiar con un brazo fracturado y un hombre grosero sin morir en el intento.




Tratar de arreglarse el pelo con una sola mano era más difícil de lo que había pensado, la tarea de ducharse y vestirse las había superado fácilmente, pero el peinarse le estaba costando grandes esfuerzos, quería recogerse el pelo pues este no se encontraba en las condiciones para estar suelto. Escuchó la bocina del auto de Ashlian sonar y decidió que se conformaría con su intento fallido de coleta. Tomó su mochila y se dirigió escaleras abajo. Se había puesto unos pantalones ajustados de color negro y una hermosa blusa blanca con un ligero escote que haría que él no quitara su vista de ella, esperaba que eso fuera suficiente para que dejara pasar por alto su mal tramada coleta. Salió de la casa y se encaminó hacia el auto, él se bajó del coche al verla y la alcanzó para tomar su bolso.
Buenos días, Ashlian —Se apresuró a decir ella con una sonrisa coqueta.
¿En cuánto tiempo estarás lista? —Fue lo que dijo este a modo de respuesta mientras la miraba de arriba abajo, deteniéndose en su pelo.
Ya estoy lista —contestó ella enojada y avergonzada por su comentario.
Bien —dijo él volviendo a detener la mirada en su pelo—. Vámonos —dijo y se encaminó hacia el auto.
Ella lo vio alejarse y se deshizo la coleta con rabia mientras lo seguía al auto, sacudió un poco la cabeza para tratar de acomodarse el pelo y para su sorpresa descubrió que Ashlian la miraba y que en sus ojos aparecía un brillo de apreciación, este solo duró un segundo haciéndola preguntarse si no había sido producto de su imaginación.
¿Subes o no? —dijo este con impaciencia mientras sostenía la puerta del auto para ella.
Ella subió al auto sin decirle nada y se preguntó nuevamente como una persona tan hermosa podía ser tan grosera.
Sería injusto si tuvieras ambas cosas —Se escuchó decir.
Él la miró interrogativamente mientras se ajustaba el cinturón de seguridad y ponía el auto en marcha.
Me refiero a belleza y modales —Continuó ella al ver que él no preguntaba—. Digo que sería muy injusto que además de ser tan apuesto fueras lo suficientemente educado como para ser el ideal de todas las chicas —Él no dijo nada por lo que ella continuó—. Si sigues así no conseguirás una pareja duradera… bueno, puede ser que eso no te interese y solo busques relaciones pasajeras… ¡oh! —exclamó ella como si acabara de darse cuenta de algo—, no estarás saliendo con alguien, ¿verdad?, digo… es que podría malinterpretar nuestra situación actual.
Silencio fue todo lo que obtuvo como respuesta. Jade ya estaba empezando a sentirse frustrada, sus intentos de hacer conversación y sacarle información estaban fallando, decidió tomarse un descanso y buscar un tema de conversación al que él no pudiera resistirse. Giró la cabeza y miró por la ventana, vio a una mujer de pie junto a su auto que hacía señas con la mano como pidiendo auxilio.
Detente —dijo Jade—. Detente —repitió al ver que él no le hacía caso—, esa mujer parece necesitar ayuda con su auto —Continuó ella—. Vamos a ayudarla.
Ashlian continuó alejándose de la mujer dejando claro que no tenía intención de detenerse.
¿No vamos a ayudarla? —Insistió Jade—. Que mala persona eres, eres el ser humano más inhumano que conozco.
Nunca dije que fuera humano —dijo Ashlian con ese brillo en los ojos que tanto la intrigaba, ese brillo que hacía que sus ojos parecieran más oscuros, como un negro intenso.
Ella no supo que decirle, sabía que él estaba bromeando, pero el brillo en su mirada y la seriedad con la que hablaba hacía que sintiera que hablaba en serio.
Eres un tonto malvado —dijo ella por fin—, mira que no detenerte a ayudar a una dama en apuros.
Él volvió a quedarse en silencio y así hicieron el resto del camino hasta la escuela. Harlle no era una ciudad muy grande por lo que todo quedaba relativamente cerca, así que el viaje de su casa a la escuela solo tomaba unos veinte minutos.
Al aparcar en la escuela Jade esperó a que él se desmontara y abriera su puerta, él tomó las cosas de Jade y la ayudó a desmontarse del auto.
Ya veo que lo que te mueve a ser tan amable conmigo es la culpa —dijo ella y vio aparecer en el rostro de Ashlian una expresión de infinita sorpresa—. ¿Qué te pasa? ¿No te habías dado cuenta de que te sientes culpable?
No me había dado cuenta de que era capaz de sentir culpa —dijo él como si hablara consigo mismo.
Muy gracioso, chico pared —dijo Jade tomando su comentario como una broma—.Vamos a clase —agregó ella y se dirigió hasta las puertas de la escuela.
Se sentía en las nubes, su corazón le martillaba en el pecho como pájaro carpintero y sentía mariposas en el estómago, así se había sentido desde que se encontró con él, pero no le importaba porque sabía que sería algo pasajero, era algo puramente físico, lo cual era de entender con un hombre tan físicamente perfecto. Caminaban uno junto al otro en el aparcamiento y ella sentía como si fueran una pareja lo cual la hizo sentir feliz e incomoda a la vez.
Vio que Niel y Donan los esperaban junto a un jeep Mercedes Benz del año y ella confirmó sus sospechas de que esos chicos nadaban en oro.
¿Qué son ustedes? ¿Narcotraficantes? —preguntó Jade sin poder contenerse justo cuando alcanzaban a los otros hermanos.
Niel y Donan se echaron a reír.
Nuestro padre es un magnate petrolero en oriente medio —dijo Donan entre risas.
¿En serio? —preguntó ella anonadada.
Sí —respondió Niel—, pero todos creen que somos hijos de un mafioso o narcotraficante.
No es de extrañar —agregó Jade confirmando sus sospechas de que la vida no era justa—, ¿y su madre?
Murió durante nuestro nacimiento —Se apresuró a decir Niel
Lo siento mucho —dijo ella con verdadero pesar—, la mía murió hace poco y sé lo duro que es perder a tu madre, aunque creo que nuestras situaciones no son tan similares.
Lamento lo de tu madre —intervino Donan.
Perdonen mi falta de delicadeza —agregó Jade—, pero dijiste que murió durante su nacimiento… ¿el nacimiento de cuál exactamente?
Los tres —dijo Donan con una sonrisa—, somos trillizos… te sorprende, ¿verdad?
¡Claro que me sorprende! —exclamó ella—, no se parecen en nada —Y mirando a Ashlian agregó—. Ustedes son buenos.
Siempre hay una oveja negra —agregó Donan siguiendo su mirada.
Continuaron su camino hacia la escuela y Jade notó que otra vez volvía a ser el centro de atención. Supo que se debía a que estaba siendo escoltada por los hombres más bellos sobre la faz de la tierra, quienes además de ser extremadamente apuestos eran también asquerosamente ricos. Pudo ver las miradas de envidia de todas las chicas y debía admitir que se sintió bien.


  1. Inhumano
Ashlian la vio caminar hacia las puertas de la escuela. Aún no se recuperaba de su sorpresa, él se sentía culpable, nunca antes en su larga vida se había sentido culpable por nada de lo que había hecho, había acabado con muchas vidas sin titubear y nunca había sentido nada parecido a la culpa, sin embargo fracturaba accidentalmente el brazo de esta chica y se sentía obligado a ayudarla.
Debía alejarse de ella, eso estaba claro. Inmediatamente se recuperara se alejaría de ella. Todavía no entendía por qué debía esperar a que ella estuviera mejor, pero ya que por primera vez en su vida sentía algo parecido a la culpa él haría lo que tuviera que hacer para deshacerse de ese molesto sentimiento, y si eso era ayudarla… pues lo haría.
Recordó el momento en que ella chilló de dolor por la fractura de su brazo y se le encogió el corazón, él por lo general no se metía con el sexo femenino, las consideraba más peligrosas que él mismo, pero nunca había dudado de hacer daño a una mujer si eso era lo que necesitaba para alcanzar su objetivo. Era por esa razón que no entendía como el lastimar a esa mujer lo estaba torturando de esa manera.
Llegaron al salón de clases y vio que se acercaban a ellos Melissa y Eliam, sabía muy bien que Eliam no se había creído la historia de Jade, además este lo había visto todo, por lo que sabía que ante él no debía fingir. Vio que él lo miraba con desconfianza y tuvo el impulso de enseñarle los dientes, pero se contuvo pues sabía que eso sería inapropiado.
¿Cómo estás hoy? —preguntó Eliam a Jade.
Bien —contestó Jade—, gracias por preocuparse por mí, chicos.
No tienes nada que agradecer —dijo Melissa—, eres nuestra compañera, claro que nos preocuparemos por ti.
Estuve pensando en ayudarte con tus tareas —dijo Eliam sorprendiéndolo—. Como ahora no podrás escribir.
No tienes que preocuparte por eso —dijo ella sonriendo agradecida—. Ashlian ya se ofreció a ayudarme.
¿En serio? —preguntó Eliam sin poder ocultar su sorpresa.
Así es —respondió ella—, pero agradezco que te ofrecieras, eres muy generoso.
No es nada —dijo Eliam y se alejó.
Jade se dirigió hasta su asiento luego de conversar un rato más con Melissa. Ashlian le dedicó una mirada de reojo en cuanto ésta se sentó. Se preguntó por qué Eliam estaría interesado en ayudar a esa mujer, ¿estaría interesado en ella o simplemente no confiaría en él? “No me interesa”, se dijo Ashlian, de cualquier forma él solo estaba con esa chica por el extraño sentimiento de culpa que había nacido en él.
¿Qué te pasa?”, escuchó el susurro de la voz de Niel.
Nada”, susurró en respuesta.
Él y sus hermanos podían hablar en susurros que eran imperceptibles para el oído humano, le fascinaba el usar sus habilidades superiores a la de los simples humanos, le mantenía en conexión con lo que realmente era.
Algo te pasa”, insistió Niel “estás más distante que de costumbre”
Creo que me siento culpable de haberle fracturado el brazo a esta mujer”
¿Tu? ¿Culpable?”, intervino Donan. “Tú nunca has sentido culpa, Ashlian. ¿Por qué empezar ahora?”
No lo sé”, fue todo lo que Ashlian pudo decir, “hablaremos de esto más tarde”
De acuerdo”, convino Niel, dando por terminada la conversación




Jade notó que Ashlian se encontraba más pensativo que de costumbre y se preguntó si se debía a sus comentarios de que él era una mala persona.
¿Qué te pasa? —le preguntó en cuanto acabó la clase
Y como era de esperarse todo lo que obtuvo como respuesta fue silencio.
Está bien si no quieres decirme —Continuó ella—, la verdad es que no me interesa.
Aun con esto él no pareció inmutarse y siguió sin contestar. Jade no quería volver a preguntar pues ya había dicho que no le interesaba, pero lo cierto era que moría de curiosidad. “¿Qué será lo que lo tiene tan pensativo? ¿Tendrá que ver conmigo? ¿Estará funcionando mi plan?”, se preguntaba.
El resto de las clases pasó y llegó la hora del almuerzo.
Necesitaré ayuda con el almuerzo —Se apresuró a decir Jade en cuanto vio a Ashlian ponerse en pie con intención de retirarse del salón.
La verdad era que él se había portado muy bien tomando notas para ella, debía admitir que en los días que llevaba en la preparatoria Harlle era la primera vez que lo veía tomar notas, por esa razón había desechado la idea de pedirle sus apuntes como parte del plan de estar cerca de él. Se sentía conmovida de que tan grosero chico estuviera poniendo tanto esfuerzo en ayudarla. Decidió aprovechar el almuerzo para acercarse más a él.
No me interesa —dijo Ashlian y se encaminó hacia la puerta
Estoy así por tu culpa —dijo ella señalando su brazo ferulizado—, lo mínimo que puedes hacer es ayudarme.
Ashlian la miró con cara de pocos amigos y luego dejó escapar un suspiro de resignación.
Vamos —dijo este y continúo hacia la puerta.
Jade notó que las personas que quedaban en el salón de clases la miraban sorprendidos. No debían estar acostumbrados a ver a Ashlian haciendo favores. Siguió a Ashlian hasta el comedor y lo vio tomar un plato para ella y otro para él, luego lo siguió hasta una mesa que se encontraba junto a la de Niel y Donan.
¿Por qué en lugar de sentarte con ellos te sientas junto a ellos? —preguntó Jade mientras tomaba asiento frente a Ashlian—. Digo, si el objetivo es estar solo, no entiendo por qué buscas una mesa cerca de ellos.
Come —Fue todo lo que este dijo empujando un plato hacia ella.
Necesitaré que me ayudes —dijo ella levantando su brazo herido—, soy diestra.
Buena suerte con tu mano izquierda —dijo él mientras empezaba a devorar su comida.
¿Solo comes carne? —preguntó ella reparando en su plato repleto de carne mientras intentaba llevar a su boca su propia comida.
No contestó y siguió comiendo a una velocidad inhumana.
¿Estás masticando tu comida siquiera? —dijo Jade sorprendida por la velocidad con que vaciaba su plato—. Tú ya estás terminando y yo apenas me he llevado la mitad de una cucharada a la boca —dijo ella mientras intentaba torpemente llevarse otra cucharada a la boca—. Ayúdame, por favor —pidió ella al fin con voz de derrota.
Él le arrebató la cuchara de la mano y empezó a llevarle cucharadas a la boca sin detenerse
Espera —dijo ella con la boca repleta de comida—, detente —Continuó al ver que él se disponía a darle otra cucharada—. No ves que no he tragado —dijo ella y levantó la vista.
Lo que vio la sobresaltó, Ashlian tenía los ojos completamente negros hasta las escleras, justo como en su sueño.
¿Qué les pasa a tus ojos? —preguntó ella asustada
Justo en ese instante él forzó una cucharada dentro de su boca haciéndola toser cuando chocó la cuchara con su úvula. Cuando volvió a levantar la mirada notó que ya no había rastro del color negro en las escleras de Ashlian y que sus ojos volvían a ser del gris hermoso de siempre.
¿Le pasa algo a mis ojos? — preguntó él inocentemente.
Nada —respondió ella mientras se preguntaba si habría sido producto de su imaginación.




Ashlian no podía creer su descuido, no podía creer que estuviera perdiendo el control de esa manera.
¿Estás bien?”, escuchó le susurraba Niel.
Sí”, respondió este.
¿Qué te pasó?”, preguntó Donan.
No lo sé”, fue todo lo que Ashlian pudo decir.
¿Cómo es posible que hayas perdido el control?”, insistió Niel.
No lo sé”, repitió Ashlian, “pero necesito salir de aquí”
Yo te ayudaré”, agregó Niel.
En ese instante empezó a timbrar su teléfono celular, vio que se trataba de Niel.
Hola —Se apresuró a contestar Ashlian—. Dame un momento, casi no puedo escucharte —dijo al teléfono—. Tengo que contestar —dijo dirigiéndose a Jade, se puso en pie y salió del comedor
Ashlian vio que sus hermanos también se levantaban y lo seguían, se adentró en el bosque detrás de la escuela y esperó a sus hermanos
¿Estás bien? —dijo una voz femenina proveniente de entre los arboles
No deberías seguirme —dijo Ashlian y observó a la hermosa chica rubia acercarse hasta él—. ¿Por qué no está Luna contigo, Sol? ¿No te da miedo verme a solas? —Continuó amenazadoramente.
No harás nada que lastime a Donan —dijo Sol con seguridad—, además estamos a plena luz del día, tengo algo de confianza en mis habilidades.
¿Por eso no te acompaño Luna? —dijo Ashlian con una sonrisa burlona—. ¿Se sentía vulnerable?
En ese momento llegaron hasta él sus hermanos.
¿Qué haces aquí, Sol? —preguntó Donan.
Necesito saber que quiere Ashlian con Jade —respondió Sol.
¿Te enviaron a preguntar? —intervino Ashlian.
No —dijo Sol—. Esa chica me agrada y he decidido que será mi amiga. Luna también lo ha decidido por lo que no te aconsejo hacerle daño a Jade.
Dos contra uno no me asusta —repuso Ashlian.
Seríamos cuatro contra uno si decides hacer algo —dijo ésta dirigiendo una mirada significativa a Donan y a Niel.
Vete, Sol —Intervino Donan—. Necesitamos hablar con nuestro hermano.
De acuerdo — dijo Sol y desapareció entre los árboles.
Ashlian la vio desaparecer y se pasó una mano por el pelo mientras soltaba un suspiro de exasperación.
¿Qué es lo que te pasa? —Se apresuró a preguntar Niel—. Estás actuando muy extraño.
No sé qué me pasa —dijo Ashlian mientras caminaba de un lado a otro—. Esa mujer me está sacando de mis casillas. Por alguna extraña razón pierdo el control cuando estoy con ella.
¿Quieres hacerle daño? —preguntó Niel como si temiera la respuesta.
Yo creo que no exactamente —Intervino Donan.
¿De qué hablas? —preguntó Ashlian.
Creo que la deseas… como mujer —dijo Donan.
Ashlian no podía creer lo que estaba escuchando, debía admitir que cuando le dio el primer bocado de comida sintió algo parecido al deseo pero decidió desechar ese pensamiento. ¿Qué haría si resultara ser cierto? No había estado con una mujer en siglos, no porque no pudiera sino porque no le interesaba, por lo tanto la idea de estar sucumbiendo a sus deseos carnales hasta el punto de perder el control sobre sus habilidades solo por esta problemática chica no le agradaba en lo absoluto.
Nunca he perdido el control de mis poderes por nada, no creo que el simple deseo de acostarme con esa chica sea suficiente para hacerme perder el control.
Solo hay una manera de averiguarlo —dijo Donan—. Debes sucumbir ante el deseo.
Estoy de acuerdo con Donan —Intervino Niel—. ¿Por qué no pruebas si es deseo lo que sientes? De cualquier forma los tres sabemos que ella no es indiferente a ti, su corazón se vuelve loco cada vez que te acercas, por lo tanto no te costará nada intentar.
Aunque odiaba admitirlo sus hermanos tenían razón, humano o no tenía las mismas necesidades por lo que la abstinencia podía estar teniendo efectos en él y quizás ya era hora de llenar unas necesidades que habían sido olvidadas por mucho tiempo.




Jade esperaba a Ashlian junto a su auto en el aparcamiento. Él no había vuelto a clases luego del almuerzo y debía admitir que estaba algo preocupada. Niel y Donan se habían turnado para tomar notas por ella, pero ninguno había dicho dónde estaba Ashlian, solo habían dicho que había tenido un asunto que atender. Ella lo vio acercarse por el estacionamiento en dirección a ella, abrió la puerta del auto y sin decir nada la ayudó a subir. Como siempre que estaba con él, su corazón se volvió loco dentro de su pecho y sintió un cosquilleo en el estómago.
Él subió al auto y lo puso en marcha.
¿A dónde fuiste? —Se aventuró a preguntar ella.
No te importa —Fue lo que obtuvo como respuesta.
Hicieron el resto del camino en silencio. Al llegar a casa de Jade él se desmontó y la ayudó a bajarse del auto.
Necesitas ayuda para ponerte al día con las clases, ¿cierto? —preguntó Ashlian sorprendiéndola.
Así es —respondió ella con recelo—. ¿Me ayudarás?
Sí —respondió él sencillamente.
Ella abrió la puerta de la casa y él la siguió dentro. No podía creer lo que estaba sucediendo, al parecer su plan había dado frutos antes de lo esperado. Le indicó ponerse cómodo en el sofá del salón y se aseguró de que su padre no estuviera en casa.
Estaba saliendo de la cocina cuando chocó contra él de frente, tuvo que sostenerse de su pecho para no caerse y le fascinó sentir su torso fuerte bajo su mano, sintió un calor intenso emanar del cuerpo de él y se sintió extrañamente cómoda.
No deberías dejar entrar a cualquiera a tu casa cuando estás sola —dijo Ashlian con su hermosa voz ronca—. Es peligroso.
¿Acaso eres tú peligroso? —preguntó ella coqueta.
Ya te he dicho que sí —dijo él retirando la mano de ella de su pecho con delicadeza—, tu brazo es la prueba —agregó haciendo un gesto con la cabeza hacia su brazo lastimado.
Confío en ti —dijo ella y se dio cuenta de que era cierto, ella confiaba en él, no le tenía miedo.
No deberías —dijo atrayéndola hacia él y poniendo una mano bajo su nuca.
Jade no podía creer lo que estaba pasando, él se estaba inclinando hacia ella, ¡iba a besarla! Se sintió desfallecer cuando los labios de Ashlian rozaron los suyos, sintió que un calor intenso corría por sus venas y llenaba todo su cuerpo, volvió a pensar que él no podía ser humano pues esa forma de besar era de otro mundo. Sintió que él se alejaba de ella y casi grita de frustración, abrió los ojos y levantó la mirada para encontrarse con los ojos totalmente negros de él. A diferencia de en su sueño, no sintió miedo al verlo, solo sintió curiosidad, levantó su mano sana hasta el rostro de él y le acarició.
¿Qué eres? —preguntó ella en un susurro.
Él se alejó de ella rápidamente, se giró y salió de la casa sin decir nada. Ella escuchó el auto alejarse rápidamente de la casa y se dejó caer al suelo, las rodillas ya no la sostenían, no entendía que había pasado, su plan había funcionado más rápido de lo esperado, pero en lugar de satisfacción, ella sentía confusión. El plan era hacerlo rogar por ella y luego rechazarlo, pero ¿cómo podría rechazarlo cuando se había quedado deseando más? Otra cosa que la estaba atormentando eran sus ojos, ahora estaba segura de que no había sido su imaginación. Sus ojos se habían vuelto completamente negros.

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