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Jade
– dijo en voz baja – no me sigas – agregó sin humor – sigue estudiando o lo que
sea.
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¿No
quieres mi compañía? – preguntó haciendo un puchero - ¿tienes miedo de quedarte
a solas conmigo? – le provocó.
Escuchó la risita tonta de Donan
y, aunque parecía imposible, se sintió más enojado aun.
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Solo
quiero que me dejes en paz por un maldito minuto – dijo entre dientes.
Vio una expresión de tristeza cruzar
su rostro y supo que la había lastimado. El hecho de que se arrepintiera de lo
que había dicho le recordó sus sentimientos por Jade. Desvió la mirada hacia el
grupo, todos lo miraban reprobatoriamente, y por un segundo se planteó la
posibilidad de decir algo que suavizara sus palabras. Para su sorpresa escuchó
a Jade resoplar con ira y dirigió la mirada hacia ella quien lo observaba
furiosa.
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¿Sabes
qué? Estoy harta – dijo con irritación - ¿quieres que te deje en paz? – se giró
y caminó hasta la mesa de donde empezó a tomar sus libros – ¡pues perfecto! – exclamó
– es justo lo que haré – resopló nuevamente y se giró hacia él – lo único que
sabes hacer es herir mis sentimientos – caminó en su dirección – Tengo
demasiadas cosas que hacer como para seguir perdiendo mi tiempo tratando de
mejorar tu humor. Todo lo que consigo es que dirijas tu ira hacia mí.
-
Jade
– intervino Donan.
Ella levantó una mano para
acallarle mientras sujetaba sus libros con fuerza con la otra.
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No
digas nada, Donan – le pidió y volvió a centrar su atención en Ashlian – Me
pediste que te deje en paz por un minuto, ¿cierto? Pues te daré más que eso,
disfruta de tu paz pues no tengo intención de
volver a molestarte.
volver a molestarte.
No pudo evitar bufar ante la
absurda amenaza de Jade y solo consiguió que ésta enfureciera más.
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¿No
crees que pueda hacerlo? – preguntó furiosa – Sol, Luna, llévenme a casa por
favor – dijo con decisión – y tú – le señaló – ya te arrepentirás de lo que has
dicho – se giró hacia las gemelas – decido quedarme para estar con él y todo lo
que consigo son insultos y burlas, debería irme con mi padre a Francia, éste no
hará mas que tratarme como una princesa – refunfuñó en voz baja.
-
Aún
estás a tiempo – dijo él sin poder evitarlo.
Jade le lanzó otra furiosa
mirada, sacudió la cabeza con incredulidad y llegó hasta las gemelas.
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¿Acaso
no sabes cuándo guardar silencio?
-
Estoy
aprendiendo de ti.
-
Eres
tan molesto a veces.
-
Tú
lo eres todo el tiempo.
-
Ni
siquiera sé por qué te amo.
-
Yo
tam… - se detuvo de pronto - Yo ni siquiera sé por qué me molesto en discutir
contigo – concluyó.
¿Realmente había
estado a punto de decir que él tampoco entendía por qué la amaba? ¿En voz alta?
¿Y ante todos? Notó que Niel sonría levemente y supo que este se hacía una idea
de lo que había estado a punto de decir.
-
¿Realmente
te irás? – preguntó Vidar.
-
Sí
– afirmó.
-
¿Y
no volverás más? – preguntó Tyr.
Pudo percibir la esperanza en su
voz y sintió que su irritación crecía.
-
Realmente
deberías enamorarte de alguien, Eliam – dijo ella dejando escapar un suspiro -
¿Crees que abandonaría al hombre que amo en una situación como esta solo por
una tonta discusión como la que acabamos de tener?
No pudo evitar que se le escapara
una leve sonrisa, sus miradas se encontraron, la vio levantar la barbilla
desafiante.
-
Espero
que entiendas que estaré molesta contigo hasta que te des cuenta de que fuiste
muy grosero.
Tras decir eso despareció de su
vista junto con las gemelas.
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