5 abr 2017

La liberación: Escena Eliminada #5 | Pelea


Por primera vez no estaba disfrutando de algo que Jade hubiese preparado para él, ni siquiera estaba saboreando lo que llevaba a su boca, simplemente daba bocados sin prestar atención mientras mantenía la mirada fija en Jade.
Sabía que había cometido un gran error al dejarse llevar, aunque realmente se sentía más arrepentido de haber recuperado la cordura. Al tener a Jade semidesnuda frente a él, sin estar objetando en lo más mínimo y con un deseo similar al suyo en la mirada, había entendido que, de no haber escuchado a Shona atravesar la propiedad en dirección a su casa, no solo se hubiese acostado con ella, sino que también le hubiese dicho que la amaba y que jamás permitiría que cualquier otro ser, humano o no, la tocara como él lo hacía.
Pero en ese momento lo que realmente ocupaba su mente era la reacción de Jade, consideraba que dada su condición de humana inexperta para ella lo que acababa de pasar debía de significar algo más que las ocasiones anteriores, creía, y debía admitir que una parte de él esperaba, que era la primera vez que un hombre casi la desnudaba, así que imaginaba que el hecho de haberse detenido sin ninguna explicación debía de estar afectándola, pero ella, contrario a lo que esperaba, estaba actuando con relativa naturalidad, de no haber sido por el leve temblor en sus labios, la mirada brillosa que delataba las lágrimas que trataba de contener y la rigidez de sus hombros, realmente habría creído que no estaba en lo absoluto afectada.
Había tratado de decir algo pero ella no se lo había permitido, pasada esa oportunidad realmente no había sabido cómo crear otra oportunidad para explicarse y, en ese momento, mientras la veía jugar con la comida en su plato, se preguntaba si no sería mejor el no dar una explicación, ¿no resultaba más sencillo lidiar con el deseo si ella estaba molesta con él? De esa manera ella no buscaría acercarse, aunque probablemente el enojo le duraría poco y casi podría asegurar que para él día siguiente estaría a su lado como si nada hubiese pasado
realmente, las posibilidades de que se lo pensara dos veces antes de consentir tan fácilmente que él se acercara a ella eran mayores.
Escuchó el auto de Donan acercarse a la casa y entendió que la oportunidad para explicarse realmente había pasado.
-          Ashlian – dijo Jade levantando la mirada de su plato.
Él se giró hacia ella mientras se preguntaba por qué ella había tenido que esperar hasta ese momento para hablar, sabía que era imposible que ella estuviese bien sin una explicación, pero ¿por qué había tenido que esperar hasta entonces para atreverse a preguntar?
-          ¿Qué relación tenemos? – preguntó mirándolo con seriedad.
Guardó silencio, a decir verdad no sabía que decirle, quería decir que no tenían ningún tipo de relación realmente, pero aquello era una mentira, habían empezado definiendo su relación como una especie de amistad, pero en ese momento esa definición no parecía adecuada en lo absoluto.
-          No sabes que decir, ¿verdad? – continuó con irritación, la tensión en su cuerpo evidenciaba que la ira se estaba apoderando de su buen juicio.
-          Jade creo que estás enojada y ambos sabemos que tu cerebro no trabaja bien en esa condición, así que mejor dejemos esta conversación para otro momento.
Podía escuchar a los demás acercándose a la puerta, para ese momento sus hermanos debían de ser capaces de escuchar su conversación con total claridad.
-          ¡No! – exclamó – Hablaremos ahora porque es en este preciso instante que siento que explotaré si no pregunto – se puso en pie – Dime, ¿qué relación es esta en la que solo tú tienes derecho a hacer lo que te venga en gana? ¿Qué solo tú puedes decidir qué está permitido y qué no? En la que tú te acercas cuando quieres y así mismo te alejas sin siquiera pensar en cómo voy a sentirme. Dime, ¿qué relación tenemos?
Sabía que sonreír en ese momento no era una opción, pero en verdad ella se veía tan atractiva cuando estaba enojada que todo lo que podía pensar era en estrecharla entre su brazos, aunque eso tampoco era una opción.
-          Jade… - empezó a decir con calma.
-          Olvídalo – le interrumpió – nada de lo que digas será lo que quiero escuchar, así que solo olvídalo.
La vio tomar su plato en sus manos, este estaba prácticamente intacto. Se giró, dándole la espalda, su cuerpo temblaba levemente por el enojo. Se preguntó una vez más si no debería decir algo, aunque sabía que la oportunidad había pasado, los demás ya se dirigían hacia ellos, estarían allí en cualquier segundo y ya era suficiente con que estuvieran especulando el por qué peleaban en esa ocasión, no quería darles más de qué hablar.
-          Me deseas pero no lo suficiente como para olvidar tus reservas y acostarte conmigo, – dijo mientras empezaba a alejarse – te resulto molesta pero aun así no puedes evitar quererme a tu lado. – resopló con frustración – Me haces… y después… arg – su irritación era evidente – En estos momentos realmente quiero golpearte – a sus palabras siguió un crujido y ella se detuvo bruscamente.
Vio a Jade bajar la mirada lentamente hacia sus manos, hacia los trozos de cristal en los que se había convertido el plato. Ella dejó que los restos de vajilla se deslizaran hacia el suelo y el sonido de estos al romperse, aún más, inundó la habitación. Un ligero sonido proveniente del umbral de la puerta le hizo apartar la mirada de Jade, allí pudo ver al grupo de espectadores que observaban la escena con curiosidad.
-          Se rompió murmuró Jade llamando su atención nuevamente, mantenía la mirada fija en el piso, él entonces percibió un leve olor a sangre.
-          Te lastimaste, Jade – dijo caminando hacia ella.
Ella dio un paso atrás rápidamente y él se detuvo al instante. ¿Ella realmente se había alejado de él? Estaba seguro de que era la primera vez que lo hacía, ni siquiera en las ocasiones en las que lo más sensato hubiese sido dar un paso atrás, lo había hecho, pero en ese momento…
-          Me voy a casa – dijo sin mirarle.
 Se giró hacia la salida y solo entonces pareció reparar en el grupo que los observaba.
-          ¿Estás bien?preguntó Luna con cautela.
-          Sí, es solo un rasguño – respondió Jade, observando su pequeña herida.
-          No me refiero a…
-          Es solo un rasguño – repitió - ¿Podrían llevarme a casa, chicas?
-          ¿Qué pasa? – intervino Niel.
-          Solo quiero irme – se encogió de hombros – me disculpo por la vajilla rota.
-          No te preocupes – dijo Donan – ahora dime, ¿es esta otra de esas ocasiones en la que te planteas desaparecer de su vida?
Ella tomó una gran bocanada de aire y deslizó la mirada hacia él por un breve instante.
-          No – dijo con un suspiro.
Si Ashlian no estuviese aun anonadado por el hecho de que ella se hubiese alejado de él, podría haber sonreído por lo contradictoria que resultaba esa mujer.
-          Chicas, solo debo buscar mi camisa y nos vamos – dijo abandonando la habitación.
Las gemelas le lanzaron una mirada de advertencia antes de seguirla y el resto lo observó en espera de algún tipo de explicación.
-          ¿Qué hiciste esta vez? – preguntó Donan – Creo que en esta ocasión realmente está molesta – lanzó una mirada a los restos de plato y comida que yacían en el suelo – Parece que no era broma lo de querer golpearte.
Se abstuvo de decirle que la razón que la tenía molesta era precisamente que no le había hecho nada, o más bien que había dejado de hacerle algo, en fin, fuera como fuera, ella realmente estaba molesta, y una parte de él intuía que más que enojada estaba dolida. Su Jade se ponía a gritar y decir sin sentidos cuando estaba furiosa, pero era cuando hería sus sentimientos que tomaba esa actitud de ira relativamente silenciosa. Un momento, ¿por qué se estaba refiriendo nuevamente a ella como suya? ¿Cuántas veces tenía que repetirse que aunque la quería para él no podía permitirse tenerla? ¿No era precisamente eso lo que los había llevado a esa situación?
Dejó escapar un suspiro, ¿realmente era él quien estaba pensando todas esas cosas? ¿Cómo había hecho esa mujer para trastornar su vida de esa manera? ¿Cómo podía estar inconforme con lo que pasaba entre ellos si prácticamente todo se daba como ella quería? Lo único que evitaba que ella tuviese todo lo que quería sin ningún tipo de límite era que él aún guardaba algo de sensatez.
Empezó a alejarse pero se detuvo de pronto.
-          ¿Quién es que ha estado haciendo lo que le viene en gana todo el tiempo? – preguntó.
Sus hermanos lo miraron confundidos por un instante, pero luego sonrieron con entendimiento.
-          Creo que ella – dijo Niel con una sonrisa tras sopesarlo un momento.
-          Definitivamente ella – corroboró Donan.
Reanudó la marcha. Tal como pensaba, esa mujer había hecho lo que quería desde que la conociera, prácticamente había controlado toda su relación, fuera lo que fuera esta, de hecho si había una era porque ella así lo había querido, y aun así se atrevía a decir que era él quien iba por ahí haciendo lo que quería. Si eso fuese cierto hace mucho tiempo que se hubiese acostado con ella, ¿acaso no podía ella entender que todo lo que él hacía era lo más sensato y lo más conveniente para ambos?, aunque para ella en principal, ¿no podía entender que más que nada la estaba cuidando a ella?

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Haidelis Montero

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